Blogia
anamayoral

Esto tiene que cambiar

Estamos en marzo y me temo que la primavera sólo llegará al Corte Inglés. La gente está tan harta del frío y de la lluvia que parece desquiciada, triste, con el sentido del humor perdido más allá del núcleo terrestre. Ayer presencié una pelea entre dos perros y sus dueños. Tengo que decir que me dio más miedo la de los dueños, que se dijeron de todo menos guapos, y si hubieran tenido algún arma a mano no dudo que la hubieran utilizado. Al menos los perros son inocentes, les domina el instinto, pero a los dueños se les supone una cierta dosis de civismo.

Esta mañana algún niño que debía estar sólo en casa o por un descuido de los padres, se había dedicado a tirar sus juguetes por la ventana. El suelo estaba alfombrado de objetos de plástico multicolores y la policía municipal miraba hacia las alturas intentando averiguar de dónde procedía la lluvia de juguetes.

Ayer un hombre mató a su novia en mi ciudad, y abandonó su cadáver en el coche, y allí permaneció, como dormida, hasta que los vecinos se percataron de que llevaba mucho tiemoo allí, sin moverse.

Los mejores periódicos de tirada nacional siguen publicando anuncios de contactos, muchos de ellos de mafias chinas que explotan de forma infernal a sus conciudadanas, y se embolsan una buena suma procedente de esas chicas que con poco más de 20 años ya están "quemadas". No quiero ni pensar qué será de ellas cuando ya no sirvan para los propósitos de sus "clientes" y sus captores. Recuerdo que en la novela de Isabel Allende, Hija de la fortuna, la autora denunciaba esa misma situación en la recién nacida California. Eso ocurría durante la fiebre del oro, y la as chicas chinas que ya no soportaban más su cruel destino o que ya estaban destrozadas simplemente las mataban. Supongo que la vida valía y sigue valiendo poco en ese pais, con tal de ganar dinero.

Estamos en marzo y los pájaros no se atreven a salir de su letargo. Los árboles muestran sus muñones desnudos a un cielo gris y no se escuchan los gritos de los niños en el parque. Los columpios se oxidan por falta de uso. Pero esto tiene que cambiar.

0 comentarios