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anamayoral

No soy de redes sociales pero opino sobre los profesores

A los lectores que me siguen les aviso: no me busquen en las redes sociales. Tan sólo estoy en facebook pero no suelo entrar, así que mi ausencia en el blog no se debe a que haya emigrado a otras zonas del ciberespacio. Sin embargo, no me resisto a opinar sobre la polémica que se ha iniciado en ciertas comunidades autónomas sobre la ampliación de horas del profesorado. Los políticos lo reducen a que los profesores se quejan por tener que trabajar 20 horas semanales. Mienten como bellacos. Aquí dejo algunas verdades:

  • Los profesores tienen 25 horas semanales de permanencia en el centro.
  • De esas horas de 17 hasta 20 son lectivas, el resto se dedican a guardias, reunionen con los padres, reuniones de tutores, etc.
  • Ya hay muchos profesores que están haciendo 19 y 20 horas porque las plantillas se ajustan al máximo.
  • Cuantas más horas lectivas los profesores hacen menos guardias (una hora menos por guardia) lo que significa que no habrá profesores suficientes para guardias.
  • Desde hace algunos años no se cubren algunas bajas -por ejemplo, los 15 días por matrimonio a los que todo trabajador tiene derecho- y es previsible que no se cubran en el futuro tal y como está el patio, lo que redunda en la calidad de la enseñanza.
  • A los profesores ya se les ha reducido el sueldo, y es una medida más que suficiente.
  • Cuando llega a casa un profesor tiene que preparar clases y corregir, la mayor parte de trabajadores termina su jornada laboral cuando sale de la empresa. Por tanto esas son más horas para contabilizar.
  • Además debe hacer cursos de formación por las tardes y los que tienen hijos en verano. Seguimos formándonos en nuestro tiempo libre y son bastante horas las que dedicamos a formación.
  • Hay tardes de evaluaciones, exámenes de septiembre, reuniones con los padres, claustros y consejos escolares.
  • Para llegar a ser profesor, un licenciado ha invertido sus vacaciones, sus tardes y sus fines de semana en preparar la oposición.
  • En resumidas cuentas, los profesores no son vagos ni maleantes, han tenido que pasar una selección muy dura para optar a este puesto de trabajo y deben encerrarse en un aula con alumnos que no quieren estudiar, que molestan, que faltan el respeto, etc. y lidiar con padres que defienden a estos alumnos, etc.
  • Se de lo que hablo porque soy profesora de secundaria

Con todos estos argumentos y algunos más que se me olvidan les digo a aquellos a los que esta profesión les parece un chollo ¿Por qué no optan ellos a este empleo?

Cuando yo estudiaba mi carrera o las oposiciones, mientras trabajaba, otros estaban por ahí de cañas o de vinos al salir del trabajo. Me he dejado los ojos en los estudios y me dejo la piel en las aulas. En la fábula de la cigarra y la hormiga desde luego no somos la cigarra.

Creo que los docentes nos merecemos un poco de respeto y que la señora Aguirre no mienta sobre nosotros.

 

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