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anamayoral

Noticias del mundo

Leo en la selección de The New York Times dos noticias que me reconcilian con este mundo. La primera nos habla de como Níger está frenando la desertificación. Han vuelto a los modos tradicionales de proteger los retoños de los árboles que brotan en sus huertos. El gobierno permite que cualquier persona plante árboles, ya que están comprobando las ventajas de esta medida: la sequía disminuye, ya que los árboles ayudan a retener el agua, y los campos son más fértiles, porque sus raíces sujetan el suelo y detienen la erosión. Es este un claro ejemplo de como las personas, a nuestro modesto nivel, podemos contribuir para cambiar el mundo, en lugar de lamentarnos por lo mal que está el planeta. Desde Níger nos están dando una verdadera lección.

La otra noticia, es que Saad Eskander, director de la Biblioteca y el Archivo Nacionales de Irak, en Bagdad, junto con su equipo luchan cada día por preservar el legado cultural de un país, por mantener la biblioteca abierta. Parece increíble que en una ciudad asediada por las bombas, en la que las comitivas fúnebres deben ser el pan de cada día, queden hombres dispuestos a dejar su vida para que no se destruya su historia y su literatura. En el artículo mencionan que el propio Eskander relata las dificultades que encuentran a diario para realizar su trabajo en la página web de la Biblioteca Británica. En todas las guerras muchos responsables de museos se las ingeniaron para proteger las obras de arte y, gracias a ellos, podemos contemplarlas hoy día por un módico precio, sin saber que hace décadas muchos hombres y mujeres evitaron que se perdieran. Les recomiendo que lean los diarios de Eskander, la página de la biblioteca británica es www.bl.uk/iraqdiary.html, cuya labor también es encomiable, enviando fondo, materiales y apoyo a esta castigada institución. He tenido la oportunidad de leer lo acontecido durante algunos días de febrero. No voy a contárselo, es preciso que lo hagan ustedes.

A pesar de lo que vemos cada día, no todo está perdido. Aún quedan seres que mantienen su condición de humanos. 

2 comentarios

Salamandra -

Ah, ya se ve lo da de sí creer en algo y llevarlo a cabo en las circunstancias más extremas, aún arriesgando la vida, al final, ¿de qué nos vale si dejamos que las cosas bellas se destruyan ante nuestros ojos sólo porque han de ser siempre otros los que, por razón de poder u otras causas, estén designados a ello, e incluso aunque veamos la decadencia ante nuestros ojos?

Amaya -

Acabo de terminar un libro, El Traductor de Cambridge, de Ferándo Baéz. Aunque el traductor lo es de árabe y parte de su familia tambien, el autor se las ingenia para introducir en el curso de su novela una cuña explicativa de la destrucción de libros en la Biblioteca de Bagdag. Este autor, según reza en la contraportada de su libro, ha escrito un ensayo titulado: Historia universal dela destrucción de libros. Su protagonista, cuyas andanzas nada atienen que ver con la guerra de Irak, termina visitando espte país en plena guerra, contratado como traductor para unas reuniones entre los responsables de la biblioteca y archivos, y regresa conmocionado por la destrucción que contempla. Sin embargo, un amigo, antes de que vuelva a Londres, le obsequia con la "verdadera historia". Le explica que el especial ensañamiento de la población la biblioteca y los archivos se deben a que eran afines al régimen de Sadam Husein. Bajo su mandato la censura fue terrible, aunque propiciaba la cultura "del régimen", ya que el propio Sadam era lector y escritor de novelas. Según Faleh, amigo del protagonista, la biblioteca y demás centros culturales estaban plagados de espías al servicio del dictador. De ese modo intentaba justificar que se arrasara con la cultura. No obstante, la aniquilación ha afectado también a los escritos anteriores a Sadam, por lo que el país ha perdido gran parte de su identidad cultural -eso sin hablar de sus tesoros arqueológicos-. En fin, cada uno cuenta la feria según le va.