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anamayoral

A vueltas con el burka

De nuevo los tertulianos de la radio y la televisión ya tienen nuevo tema para entreternos, aunque en esta ocasión resulta sumamente doloroso. En una sola ocasión he tenido a mi lado a una mujer con burka. Fue en un supermercado de una ciudad inglesa, Hull. Ella caminaba junto a un hombre, vestido con un moderno chandal. A mí el mundo se me vino encima y recordé la novela Mil soles expléndidos, en la que una de las protagonistas narra lo que supene ir cubierta con esa prenda infame.

El burka representa lo peor de una sociedad que se empeña en ningunear, explotar y humillar a las mujeres. Una sociedad dominada por hombres que se olvidan que nacieron del vientre de una mujer, que lo acunó amorosamente, soportó las incomodidades del embarazo y los dolores del parto, en países donde la asistencia sanitaria está practicamente ausente. No podemos permitir que esa imagen se multiplique por nuestros países europeos, no se trata de una simple moda, sino de un símbolo de opresión. No es una cuestión de respeto a una religión cuando esa  religión no respeta a las mujeres.

Pero tengo un temor, un temor enorme que apenas me atrevo a escribir. Si no permitimos que esas mujeres salgan a la calle con burka tal vez sus maridos las recluyan en casa, lo que supone no ir siquiera al médico cuando están enfermas, y como ocurre en Afganistán, si el marido muere ni siquiera pueden trabajar por lo que sólo les queda el camino de la mendicidad para dar de comer a sus hijos.

Si se lee Mil soles expléndidos, escrito por un hombre de forma magistral, una se da cuenta que lo peor que le puede ocurrir a una mujer es nacer en el seno de la "incultura" talibán, en la que está condenada a malos tratos y vejaciones continuas. Casi es mejor la muerte que soportar esa vida corriendo el riesgo de engendran hijas que sufrirán esas torturas e hijos que se convertirán en torturadores.

Encima ahora se están planteando incorporarlos al frágil gobierno afgano. No es la primera vez que los americanos subvencionan a los talibanes, ya lo hicieron hace décadas para luchar contra los rusos, y fijáos a lo que hemos llegado. Pero la gente no quiere saber historia y le importa muy poco lo que les ocurra a esas mujeres de mirada perdida que en alguna ocasión protagonizan la portada de una importante revista para que le den un premio prestigioso al fotógrafo.

Aún siento el temblor que me invadió al encontrarme con aquella mujer oculta a los ojos del mundo por el burka, no creo que ninguna lo lleve por gusto, apenas se puede ver ni respirar a traves de esa fina rejilla. Espero que el gobierno francés no lo permita.

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