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Kafka en la orilla Haruki Murakami

Hasta el momento, se trata de la obra más compleja que he leído de Murakami. Si ya en sus cuentos apunta una suerte de realismo mágico a la nipona, aquí su surrealismo alcanza la máxima expresión. Eso sí, a través de iconos sorprendentes propios de la cultura occidental.  Como siempre, son la soledad, el dolor y el amor los verdaderos protagonistas de la novela, encarnados en personajes aparentemente inconexos y muy diferentes. También una gran solidaridad se cuela entre los personajes, a pesar de las circunstancias encontrarán la ayuda de varias personas. En estos tiempos resulta algo increíble.

 Los animales vuelven a hablar en este universo onírico tan particular, en el que la búsqueda del sentido de la vida es también una constante. Dos detalles me han llamado mucho la atención: el grado de violencia en uno de los capítulos, en el que un ser real o irreal -aún no lo tengo claro- comete unos actos muy desagradables, en contraste con el entrañable sentido del humor de uno de los personajes, el joven Honshino. Y es que si mal no recuerdo, Murakami no se prodiga mucho en cuanto a su sentido del humor. Honshino no es el típico personaje culto, con estudios y afición por la música, pero sufre una transformación a lo largo de la novela que le lleva a encontrar un objetivo en su vida. Otro personaje encantador, por su inocencia, es Nakata. Nakata es Nakata, hay que leer la novela para conocerlo y quererlo.

Como siempre, el autor no deja de captar nuestra atención con una historia montada en esta ocasión a dos voces, que podrían ser dos historias independientes si... No voy a desvelar nada. Las conexiones entre esas dos partes son la clave de la novela y lo único que le reprocho es la falta de más nexos que aclaren el sentido de sucesos y personajes secundarios. Pero tal vez, como en la vida, muchas cosas no tienen explicación y deben permanecer como meras hipótesis.

No sé si es la mejor novela de Murakami, pero para mí es la más extraña y desconcertante, y desde luego me anima a seguir leyendo sus trabajos.

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