Blogia
anamayoral

Clara y la penumbra

El arte y el horror, este es el binomio que preside Clara y la penumbra, la novela de José Carlos Somoza, autor que estoy leyendo con auténtico placer este verano. En esta obra Somoza lleva el arte pictórico hasta cruzar límites que atentan contra toda ética. Los personajes se mueven en un mundo en el que cualquier medio está permitido para lograr el objetivo del artista. El arte se encuentra dominado por grandes entes, que en apariencia estan al servicio de la cultura pero que sólo persiguen el enriquecimiento de los que los dirigen. Una gran maquinaria se dedica a producir y distribuir arte, a crear y destruir artistas, a decirle al mundo qué es arte. A los que no nos convence mucho el arte moderno y casi nos quedamos anclados en el impresionismo francés, esta fábula terrible nos confirma en cierto modo lo que nos tememos, que todo es un inmenso negocio en el que los cuadros no son más que objetos a los que se dota de un valor ficticio para sacar el dinero a los nuevos ricos. Esta novela sobrecoge, y a pesar del horror no puede abandonarse su lectura. El autor no sólo inventa un negocio, sino un movimiento pictórico e incluso un lenguaje que se convierte en el argot del mismo. Y, como escenarios de la trama, Somoza elige varias ciudades europeas, entre las que se encuentra mi querida Amsterdam, y la zona que alberga los museos más importantes. Tan sólo eché de menos una descripción más detallada de la atmósfera de la ciudad, que continuamente viste de lluvia. Amsterdam también es una explosión de colores a pesar de la oscuridad y la penumbra de las tardes otoñales, una ciudad libre en la que la mezcla de aromas no empalaga. Una ciudad en la que todo es posible aunque no llegue a serlo nunca.

0 comentarios