Blogia
anamayoral

publicidad atea

Lo normal es encontrarse publicidad sobre las religiones, bien a través de símbolos que portan los creyentes, en los edificios que emplean para congregarse o en las lápidas que cubren sus restos. También podemos encontrarla en la prensa y, ultimamente, cuando toca poner la cruz en la declaración de hacienda. A lo que no estamos acostumbrados es a toparnos con publicidad ateista. Leo en la página web de Kiss fm que en los autobuses de Barcelona (concretamente en dos, si no me equivoco) se podrá leer la siguiente frase: "Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida". Tal vez la noticia no sea muy adecuada en el día de Reyes, que ha quedado reducido a los regalos y a comer roscón -yo me quedo con esto último, porque en casa creemos más en Papá Noel que madruga y viene antes-.

Si uno fuese creyente podría plantearse que dicha campaña esta financiada por el mismísimo Satanás, para que la gente se comporte como le de la real gana, sin pensar en las consecuencias que tendrán sus actos en la vida eterna. Al menos tiene el detalle de comenzar con: "Probablemente..." Ni el publicista se atreve a negar la existencia de Dios. El ateo no niega la existencia de Dios por fastidiar a los creyentes, simplemente no cree porque ha perdido la la fé o nunca la tuvo realmente. Muchos de los ateos desearíamos ser creyentes. Confiar en la existencia de un ente superior, responsable de todo lo que ocurre -atribución externa que nos libera de responsabilidades- y en quien podemos confiar, que siempre nos escucha estemos donde estemos, etc. consuela. Vamos por la  vida en busca de consuelo, y el que lo encuentra en Dios vive mucho mejor que el que no tiene donde agarrarse. El no creyente cuenta con sus propios medios y con los de las personas que le rodean. Eso no quiere decir que el ateo sea un infeliz. No, acepta que su vida no tiene más trascendencia que la de una planta o una mariposa. Eso no quiere decir que no la respete, porque para eso está la ética. Se puede ser buena persona siendo ateo, deseando tener una buena vida sin fastidiar al prójimo, procurando disfrutar de las oportunidades que se nos ofrecen.

En la misma página web se podía votar (cinco opciones), en las  que se pregunta si se es creyente o no, si eso condiciona la vida o el típico no sabe -supongo que será el agnóstico o el que contesta por contestar-. De momento los ateos se reducen al 23 % y los creyentes a un total de 69 %.

Veremos cómo se desarrolla la campaña. ¿Qué opináis vosotros?

0 comentarios