Blogia
anamayoral

conexiones 2

conexiones 2

El otro día charlaba con una amiga que me había prestado La montaña mágica, de Thomas Mann. Le decía que el libro me superaba. Me parecía que estaba muy bien escrito, pero que no conseguía engancharme. Todo buen lector parece haberlo leído, por lo que me quejé ante mi incapacidad y mi desidia. Ella me contestó que tal vez no era el momento más adecuado en mi vida para leer dicha novela, sin embargo sí que apareció en la suya en un momento en el que se identificaba plenamente con sus personajes y el ambiente. Yo le hablé de las excelencias de Tokio Blues, que me había enganchado desde la primera página. Y mira por donde, el personaje Watanabe, que suele narrar los acontecimientos de su vida acompañándolos de la cita del libro que lee en esos instantes, anuncia que está leyendo La montaña mágica. Lo que viene después, no lo cuento no sea que alguien desee leer a Murakami. Pero la verdad es que me ha animado a retomar esa lectura que pretendía abandonar, al menos temporalmente. Si a Murakami le fascina tanto como para escribir -y no digo más- inspirado en dicha obra me parece que tendré que leerla. ¿Qué tiene esa novela, tan extremadamente larga, en la que no hay practicamente acción? Además de estar muy bien escrita, cosa que no niego. Supongo que yo, simple mortal, no soy nadie para prejuzgar tan magna obra y debo opinar tras finalizar su lectura. Sería bueno, además, realizar el mismo recorrido literario que Watanabe. Así que desde aquí me comprometo a terminarlo, eso sí, cuando Wakanabe cese de contarme su historia.

0 comentarios