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anamayoral

Conexiones atemporales

Hace algunos años me sorprendí de nuevo ante las puertas de un aula en la que iban a iniciarse los temidos exámenes de selectividad. Pero en esta ocasión no era una alumna de COU, sino una profesora de biología que acompañaba a sus propios alumnos a tan importante cita. Juro que me sentí casi tan nerviosa como ellos, como si yo misma tuviese que someterme a una retahila de preguntas y problemas que debería superar para poder entrar en la universidad. Veinte años habían transcurrido desde aquel día en el que enfilé la cuesta que me conducía todas las mañanas al instituto, sin libros, sin carpeta, y con un par de bolis bic por si fallaba alguno. Tanto a mis alumnos como a mí nos fue bastante bien, y me consta que muchos de ellos son universitarios, incluso una de ellas estudia cuarto de ciencias biológicas.

¿Por qué les cuento esto? Por que ayer mismo tuvo lugar otra de estas conexiones en el tiempo, un pequeño milagro que me devolvió a mi aula de COU, a una clase de biología que no olvidaré jamás. Nuestra profesora, que tiene un nombre muy boánico -Hortensia-, nos estaba explicando el origen de los orgánulos celulares y nos habló de la teoría endosimbiótica. ¡Qué quieren que les diga!, además de Paul newman, me fascinan las células, su organización, y sobre todo, su origen. Aquel día, nuestra profesora, que de forma tan entusiasta y profesional impartía sus clases, nos trajo la primera separata que vi en mi vida y era un artículo de Lynn Margulis. También resultaba estimulante que una mujer se abriese camino en un mundo dominado por hombres y plantease unas ideas tan maravillosas y bien sustentadas en los hechos científicos. Nunca sabrá Hortensia cómo me influyó aquella clase, cómo me reafirmó en mi deseo de ser bióloga y cuánto le agradezco que nos proporcionara aquel artículo de Investigación y Ciencia que aún conservo. Volviendo al tema inicial, les diré que ayer pude ver y escuchar a Lynn Margulis, en un foro repleto de alumnos y profesores. Sólo espero que Hortensia también haya tenido la oportunidad de ver a esta científica con mayúsculas, que además de brillante resultó ser muy humana y divertida. Habló en español y comenzó su exposición con una diapositiva con su foto en la que se leía: Sabemos tan poco.

Entonces supe que su intervención no me iba a decepcionar. Lynn Margulis nos regaló después la siguiente frase: "La ciencia es la búsqueda de la verdad... nos guste o no", del físico David Bohm. Y después comenzó a desgranar la pregunta madre de todas las preguntas: ¿qué es la vida? No voy a transcribirles el resto de la conferencia, pero sí a decirles que fue extraordinaria, y que finalizó con otra frase: Tengo que aprender, no sé.

Nadie como ella encarna el espíritu científico y la humildad de reconocer que debemos seguir aprendiendo, cuando otros no hacen más que colgarse medallas. Me quedo con la frase del físico, en la que ella sabiamente insistió: " la ciencia es una búsqueda..."   Mil gracias, Hortensia.

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