A Jorge Villalmanzo, a Bernardo Cuesta y a Marisa Medina
Cuando desaparecen los poetas se agota el huerto de sus poemas.
Ya no se cosechan versos
y nuestro corazón se puebla de malas hierbas.
"Siempre nos quedaran sus versos",
frase tan manida,
versos que son insuficientes para anular tanta tristeza.
Pero ahí están, esperando,
a que los ojos los despierten
de la oscuridad del libro cerrado
y los devuelvan a la luz de unos labios
que los lancen al viento renacidos.
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esther -