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anamayoral

La extraña desaparición de Esme Lennox

 

No sólo resulta terrible desaparecer. Lo peor es que nadie te eche de menos. Esa es la conclusión a la que llego tras la lectura de esta novela de Maggie O´Farrell. La autora pone de manifiesto una realidad escalofriante en la que como casi siempre las mujeres son las víctimas. Supongo que debieron existir muchas Esmes, olvidadas y borradas del mapa genealógico de las familias. Como si nunca hubieran existido, como si su simple recuerdo fuese una mancha vergonzosa.

¿Por qué debe leerse esta novela? Sobre todo por que no se olvide a las mujeres como Esme. Mujeres especiales, que en lugar de ser entendidas, fueron apartadas de todo su mundo de la forma más cruel que podamos imaginar, una manera que sólo habita en nuestras pesadillas. La lectura de esta obra es una forma de justicia y de recuerdo, de reparar aunque sólo sea moralmente el gran daño que experimentaron las mujeres como Esme.

Desde el punto de vista literario, la novela presenta una trama muy bien diseñada. Las voces de distintos personajes van entrando en escena, componiendo un mosaico que al principio parece confuso. Después, la historia se aclara, se torna atractiva, adictiva incluso, pues comienza a dibujarse la imagen aunque no estén colocadas todas las teselas. La lectura no resulta fácil ya que algunos personajes cruzaron la línea de lo que se considera cordura.

Los personajes están perfectamente dibujados. Algunos de ellos, como Alex e Iris bien merecerían otra novela para desarrollar su historia. En su caso, la culpa -qué raro, verdad- es la que no les deja avanzar, y caminan a ciegas, realizando elecciones erróneas, sabiendo en lo más profundo de su ser que se equivocan, sólo por hacer lo correcto, lo que se espera de ellos.

Desde aquí os animo a emprender esta lectura y este viaje, a que no la abandonéis, que le deis una oportunidad al trabajo de la autora. Merece la pena. También os animo a no hacer aquello que se espera de vosotros, sino lo que reamente deseáis y pensáis que es justo. Ese camino resulta doloroso, pues en muchas ocasiones se consigue el rechazo de los seres más queridos, pero es el único posible para no traicionarse a uno mismo. Y es que sólo tenemos una vida, y no podemos perderla vegetando en una farsa con la que no nos identificamos.

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