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anamayoral

LA SELVA DE LA EDICIÓN

No teman, no voy a narrarles las mil y una aventuras, no siempre agradables, con las que se topa un escritor novel que pretende publicar. Resulta fácil visualizarlo enviando cientos de paquetes con sus obras, paquetes destinados a oficinas desconocidas y que llevan toda la ilusión del autor impregnada en cada renglón de los folios que contienen. Por desgracia, también adivinarán que los textos serán devueltos -en el mejor de los casos- con una nota animándolos a seguir escribiendo.

Pero existen otras situaciones desconocidas por la mayor parte de los lectores ajenos a los vericuetos de la edición. El último número de El Cultural de El Mundo (20/7/06) nos desvela la trama, real y terrible, que subyace bajo los inocentes anuncios que se prodigan en suplementos y revistas literarias que invitan a publicar a nuevos autores, escritores noveles -publicidad que puede aparecer incluso en esta blog, ya que al ser gratuita debes ceder un espacio para la publicidad-. En resumen, el autor deberá sufragarse la edición y en muchos casos los libros no llegarán a las librerías. Algunas editoriales teoricamente serias también aceptan la posibilidad de que el autor costee los gastos siempre y cuando exista una subvención o una promesa de compra de libros por parte de un organismo público. Es lo que hay, amigos, salvo que se gane un premio literario de prestigio, entonces los problemas se habrán acabado.

Les recomiendo que lean dicho artículo si están pensando en publicar alguna de sus obras. Además de las posibles trampas que encontrarán en el camino también se ofertan esperanzadoras sugerencias, como la de la autoedición pasando por la creación de un sello editorial propio, con la ayuda de internet, como ejemplos de este último caso aparecen las editoriales Baobab y Leerplus.

En mi caso, me decidí a publicar animada por personas que habían leído mis trabajos. Pedí y se me concedió una subvención. Intenté la publicación de Los versos de Ibn Adüm y otros relatos a través de editoriales emergentes, pero a las que avalan la calidad de las obras que publican. No fui bendecida con ningún contrato, y finalmente me lance a la selva de la autoedición. He de decir que me dediqué más tiempo a esos menesteres que a escribir, que es lo que verdaderamente me gusta hacer, pero fue una experiencia interesante que me permitió conocer cómo es este mundillo.

Actualmente tengo editora, como dicen los escritores de postín y los que pretenden serlo, y voy a experimentar lo que se siente al abandonar la obra y que otros se encarguen de esas labores tediosas tan ajenas a la creación literaria. El libro, por cierto, se titulará Muerte a los imbéciles y recoge una serie de relatos en los que predomina el sentido del humor, la intriga, el surrealismo, la denuncia de ciertas tragedias humanas y los amores imposibles. Un cóctel creado a partir de muy distintos ingredientes, y con un profundo amor por la escritura.

Podéis encontrar el artículo completo en la siguiente dirección, merece la pena.

www.elcultural.es/HTML/20060202/Letras/LETRAS16460.asp

1 comentario

El Gusano -

Tienes razón y unos cuantos de nosotros hemos pasado por el sistema editorial español, que a mi entender está ABSOLUTAMENTE PODRIDO. La calidad de una novela representa el 5% de las posibilidades de ser publicado; el resto es tu nombre, quién eres y a quién conoces. Eso o el engañabobos de los concursos literarios; los grandes están dados, pactados, y en los pequeños, si queda alguno honrado, lo puedes intentar. Yo he apostado por las nuevas tecnologías y por crear una editorial, pero no es un paso fácil. El panorama es desolador, pero para eso está internet, una librería universal y abierta al mundo.