De vuelta a Caleidoscopio y vuelve Caleidoscopio
Tras varios de meses de ausencia, por un curso de inglés, hoy me incorporo de nuevo a la tertulia. Revisando textos para compartir con mis compañeros me encuentro con una breve carta de amor que formaba parte de un relato inacabado. Esta carta es uno de los trabajos que más he pulido, en ella cada palabra está cuidadosamente elegida como si fuera la puntada de un valioso encaje. Sin embargo, hasta ahora, no ha gustado a nadie. Paradójicamente, otros relatos que he escrito de forma irreflexiva, a los que he dedicado mucha menos atención, han sido del agrado de los lectores. La literatura, como todas las artes, a pesar del dominio de la técnica, tiene algo de misterioso que es capaz de cautivar al lector. Quizás lo que a mí me resulta misterioso no sea más que un elemento técnico empleado de forma inconsciente. No sé si a otros escritores les ocurrirá igual, pero confieso que me da mucha rabia.
No me resigno a que las obras que no gustan se mueran en un cajón. Les he dedicado tantas horas y me importan tanto como un hijo al que se le acuna, por el que se sufre, por el que se pierde el sueño. Busco en el fondo de la historia una brizna de la que tirar para darle la vuelta, y no la encuentro. La historia me convence a mí, como lectora, a pesar de que lleva años escrita, y sigue siendo tan válida como si acabase de salir de mi corazón. Y quizás es aquí donde se halla la respuesta, porque todas esas historias huérfanas de adeptos están escritas más con el corazón que con la cabeza, por lo que resultan incomprensibles para los lectores que carecen del código para traducir el lenguaje de mi alma.
No os aburro más con esto y paso a anunciaros que mañana comienza la Feria del Libro de Burgos, de la que procuraré hacer un resumen. Además podréis conseguir la revista Caleidoscopio (nº 6) si compráis libros en la feria -pedid la revista- o en las bibliotecas de la ciudad y en algunos bares, ya adelantaré cuáles.
En nombre de Javier Gil os invito a compartir el homenaje a Mario Benedetti, el lunes 1 de junio, en la Feria del libro a las 20:00. Nadie como él para recordar al poeta de una forma entrañable y entretenida, contando sus poemas, no en vano Javier Gil es el alma mater de la asociación La poesía es un cuento.
Por último, ya tengo atrapado al unicornio en el lapicero mágico -como llama Luis Carlos Blanco al pen drive- y prometo soltarlo en el mundo azul que se oculta tras la pantalla del ordenador, para que ilumine con su blancura nuestros días anodinos, para inundar de fantasía la rutina de los días.
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esther -