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anamayoral

FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO 2008

Ya sé que felicitar la navidad y desear un "próspero" año nuevo es algo muy manido, pero no deja de ser una excusa y una maravillosa oportunidad para entrar en contacto con los viejos amigos. Uno de ellos me ha dado un merecido tirón de orejas por tener desatendida la bitácora. Como cada año se supone que hay que proponerse nuevos retos,  y yo no estoy dispuesta a ir al gimnasio ni a empezar ninguna dieta, me he marcado como reto mantener el blog lo más actualizado posible.

Me gustaría daros las gracias a todos aquellos que entráis en este rincón literario. Un escritor necesita lectores para retroalimentarse y seguir creando, y también necesita leer, para seguir creciendo como escritor y como persona. Dicho esto, no me avergüenza decir que no he leído La montaña mágica de Thomas Mann, pero estoy en ello. Y os recomiendo otro libro de otro premio nobel, La taza de oro, del autor de Las uvas de la ira. Como comentaba hace unos días con una compañera, en ocasiones nos olvidamos de la trama de la historia para zambullirnos en la belleza de las palabras y en la frescura de unas frases bien hilvanadas. Eso ocurre con La taza de oro, que a pesar de ser una historia de piratas y ya pasé la edad de ese tipo de lecturas, la prosa es tan serena y eficaz que me he adentrado en la historia del temible pirata Henry Morgan como si tuviera doce años, y con la misma emoción con que leí La isla del tesoro.

He recibido ya un regalo navideño estupendo, un libro de cuentos de Emilia Pardo Bazán editado por Lumen. Así que estas fiestas se presentan sosegadas, en compañía de seres queridos -por desgracia no de todos- y de libros.

Esta tarde, 24 de diciembre, he charlado con el vigilante que trabaja en la obra contigua a mi casa. El hombre pasará la Nochebuena en su garita, resignado a su suerte "la de los pobres", me repite. Y yo me siento inmediatamente culpable de ser tan afortunada y también me da rabia que otros desperdicien su felicidad disgustados por sandeces y haciendo la vida imposible a sus semejantes. El año pasado nuestra nochebuena transcurrió en un hospital, este año estamos en casa, y desde aquí mando un cariñoso abrazo a todos aquellos que permanecen ingresados, a sus familias, y a todas aquellas personas que trabajan mientras los demás disfrutamos.

 

1 comentario

Ana -

La taza de oro esconde un joya, una profunda reflexión sobre la vida: cuántas veces perseguimos retos y cuando los conseguimos notamos un tremendo vacío y no nos proporcionan la satisfacción ni la felicidad esperada.
como os anticipaba, una auténtica delicia.