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anamayoral

Deborah Eisenberg

Eisenberg publicó en 2006 el libro de relatos "El ocaso de los superhéroes". No he leído el libro, por aquello de que es imposible leer todo lo que sale, pero guardé el artículo que apareció hace algunos meses en el periódico. Como quiera que también me dedico al relato, devoré la entrevista y extraigo algunas de sus frases que me parecieron muy reveladoras. Para Eisenberg el cuento supera a la novela en elegancia y destreza. Yo no me atrevo a decir tanto, aunque es preciso recordar que los grandes escritores en lengua castellana practicaron este género, como Borges y Cortázar. También me gustó leer que los relatos de su libro presentaban distintos estilos. Como ya he dicho otras veces, me aburren las colecciones monotemáticas. Pero lo que más me fascinó es que para ella un cuento es como una pieza musical. Siempre había pensado que la musicalidad estaba implícita en la poesía, que el ritmo era imprescindible para que un poema "funcionase".  Y también había impreso un cierto ritmo en algunos de mis cuentos, repitiendo esquemas de párrafos como si fuesen estrofas, repitiendo frases a modo de estribillo. Quizás el cuento queda sujeto a una especie de corsé, pero creo que gana en musicalidad.

Eisemberg también manifiesta que hizo lo posible por no escribir, para no ser una escritora más, del montón, pero que al final no fue capaz de evitarlo. Tenemos en común que a ambas nos animó nuestro compañero a escribir, así como que de niñas no hacíamos otra cosa que leer, para ambas la lectura representaba una "salvación". Así pues, no era la única "rarita".

La escritora se lamenta de la situación en el mundo editorial: el libro es considerado un producto más, y ya no parecen quedar editores que se arriesguen a publicar verdadera literatura a pesar de que tenga pocos lectores. Dice que si hoy en día cayeran en manos de los editores los libros de Joyce o de Dostoievski nadie se atrevería a editarlos. Creo que los que pretendemos escribir debemos ser realistas, el mercado está como está, y debemos plantearnos si queremos vender muchos libros o si realmente queremos hacer lo que nos apasiona. Por suerte yo no vivo de la literatura y no soy esclava de las ventas, por lo que puedo escribir lo que desee, y si llego sólo a un lector ya me doy por satisfecha. Lo que escribo debe satisfacerme primero a mi. Con eso no quiero criticar a escritores como Matilde Asensi o Ildefonso Falcones. Me alegro de que hayan vendido muchos libros y espero que disfruten con su escritura. Pero señores, seamos claros, no podemos escribir rollos infumables y pretender encima que nos lean millones de personas, que bastante tienen con sacar un ratito de su escaso tiempo libre para leer.

4 comentarios

Ana -

Estoy de acuerdo en que no existe ningún género literario mejor que otro, simplemente existe la Literatura.
El otro día comentámos que a Felipe Benítez Reyes, ganador del último premio Nadal, le preguntaban si se consideraba poeta o novelista, y el contestaba que era escritor.
Siempre nos encontraremos a personas que manifiestan que el sumun de la Literatura es esto o aquello, tanto en géneros como en estilos literarios. A mi no me gustan las etiquetas, ni las opiniones tan categóricas, cada vez creo más en los grises que en el blanco o en el negro. Pero para gustos, los colores, y lo importante es que existan opiniones diferentes aunque no estemos de acuerdo con ellas.
Yo tampoco me lamento por las ventas, creo que el hecho de llegar a un sólo lector es un verdadero milagro.

salamandra -

No conozco a la escritora Eisember (me suena a nombre sueco) pero no me gusta el tono que adopta en sus críticas hacia la literatura. No me gusta que acote un campo tan amplio y con tantas posibilidades para que el buen hacer de un escritor dotado y trabajado, cree una obra magistral. Cómo aceptar que la calidad depende de un número a pie de página. Es de una ignorancia supina poner por encima de todas las manifestaciones literarias un sólo género. Me hace pensar que será debido a incapacidad para expresarse sino en cuentos o relatos más bien cortos. Adoro la literatura hecha a través de ellos (cuando son buenos, cuando tolo lo creado es bueno), cómo olvidarme de los cuentos de Cortazar, todavía tengo en el paladar de mi cerebro su "Perseguidor, y sin embargo, su "Rayuela", la brillante novela del mismo autor, es una de las maravilla que no recuerdo por cuantas páginas transcurre, aunque creo que no deben ser menos de quientas. Este autor no se privó de escribir poesía, no sé si escribió ensayo o teatro, no me sorprendería, él, ni más ni menos, era un ESCRITOR. Borges, tan reconocido escritor, dijo que en realidad lo que a él le hubiese gustado escribir era novelas de aventura.
Creo que nos quejamos de lo que hay porque pertenecemos a esa masa de más de sesenta mil que publican al año una obra. No me va el lacrimógeno gimoteo de algunos autores, la sociedad siempre ha consumido comida grasosa, pero el verdadero gastrónomo, buscará al mejor chef, y no habrá dios que le impida comerse los mejores platos.
Qué función tienen las obras de éxito de ventas? cuanto menos menos sirven para no morir de inanición y sobretodo de digna evasión, porque creo que siempre es mejor un mal libro que que una buena tele (si la hubiera) Por lo demás, ya se encarga el tiempo de filtrar cada gota de buen aceite, ese que alumbran las lámparas a las que acudimos todos sin discusión, a las que a veces, con muchas ínfluas, creyéndonos los nuvos e incomprendidos kafcas, vamos a quejarnos. Por mi parte, claro que me gustaría ser leída, igual que a cualquier colega, pero eso será, ni más ni menos, la sentencia que asumiré por parte del lector, instruido o no, sólo la pasión que despertemos en ellos nos hará inmortales durante un tiempo, ¿cuánto? no lo sabemos, seguramente las horas que dure lo escrito. Sólo algunos, a los que los dioses bendigan con el claro váculo de su gracia, llegaran al Olimpo junto a ellos. Por qué íbamos a quejarnos cuando muchos ni siquiera, en vida, rozaron otra cosa que el anonimato, la indigencia y en muchos casos la incomprensión.
Que el amor a nuestros hijos no nos ciegue, una vez nacidos, caminan ajenos a nuestras pespectivas soñadas de antemano para ellos. Benditos sean de todos modos. Benditos aun mezclados entre una masa de sesenta mil al año.

Ana -

Efectivamente, eso es lo importante. El otro día me dijo una amiga que su hermano, actor de doblaje, ha grabado uno de mis cuentos y es el que envía en un CD como su curriculum. A pesar de ser una escritora modesta, nunca sabes el alcance que puede tener tu trabajo.

Ramón -

De acuerdo contigo. Ahora mismo, me he vuelto la cabeza del revés y espero publicar para que unos pocos, los que sean, disfruten conmigo. Si estoy pendiente de las ventas no lo disfruto. Ha habido gente que me ha comentado, en persona a por email, lo mucho que han disfrutado con mi libro "Morir de Azul", y eso debería ser lo importante.
Un saludo de Ramón.