Blogia
anamayoral

moda

Una americana casposa

Acabo de ver un artículo sobre las novedades  de Zara. Una americana para mujer, 90 euros, oversize, de nuevo una palabra inglesa, y que se parece a las americanas que podría haber llevado un hombre hace más de cuarenta años. una amercana de lo más casposa.

Una cosa es la libertad que se respira actualmente en el mundo de la moda y otra la fealdad.

Adoro la moda. En los tiempos que tenemos que vivir, en que debemos quedarnos en casa para no contagiarnos ni contagiar, leer artículos de moda en internet es un pequeño consuelo. También me encantan esos artículos de influencers,  inglés de nuevo, de todas las edades incluso de la mía: fabulosas y libres.

Pero la libertad tiene un límite. La fealdad. Esa americana sólo puede quedarle bien a una mujer bellísima, porque nadie mirará la prenda, solo se la verá a ella.

Otra de las ventajas de la moda actual es que se lleva todo y de todas las épocas.  Así que este año he vuelto a sacar del armario unos pantalones de pana de cortefiel de campana con al menos quince temporadas y otro de Pilar Prieto,vaquero 100%. !Como cuesta encontrar Un vaquero 100% algodón!

También he rescatado una falda lápiz imitación cuero de Zara por la que el tiempo parece no pasar. Esta sí fue una buena adquisición . 

Pero si tuviera una de esas americanas de cuadros de algún tio mío no me la pondría por nada del mundo. 

Por favor, con lo que tenemos que sufrir estos días, las personas nos  merecemos ropa bonita que nos alegre la vida y no una americana casposa.

Más moda: vocabulario imposible

Desde hace años me percato de la invasión del idioma inglés -que por otra parte adoro- en las revistas de moda. La verdad es que se hace ya muy pesado. Lo que podía ser algo refescante (cool) se está convirtiendo en un castigo. Ya nadie escribe sobre una cazadora de cuero de toda la vida, ahora es un perfecto. Los trajes son outfits, y los tacones estiletos o algo así. La barra de labios es el rouge, el colorete el blush y el cepillado del pelo brushing. Por no hablar de que ahora no se corre, se hace running. Todo esto es innecesario. Si que es verdad que te permite aprender vocabulario por si te enfrentas a un texto en inglés. Pero claro, de los que no tiene mucha miga. Y como decía en el artículo anterior, están las it girl, el front row de los desfiles de moda y la kissing room donde se dan palmaditas tras finalizar el show.

Todo ello no me hace cambiar de opinión. La moda nos divierte y nos asombra, a pesar de esa colonización lingüística.

Bloggers de moda y otras cosillas del gremio

Nada más comenzar me percato de de que en lugar de Bloggers debería comenzar este artículo con Bitacoreros o algo así. Más que nada para ser coherente con lo que viene a continuación.

Este fenómeno de las bitácoras o blogs de moda no deja de sorprenderme. Más aún me llama la atención el universo de las it girls, o sea, de las mujeres que se toman como referencia a la hora de buscar nuevas tendencias o copiar vestimentas. Este movimiento ha provocado que se pierda el misterio. Me explico. Hace años veías una foto en una revista de esas mujeres e inmediatamente te preguntabas de quién era el vestido, quién la había peinado o de qué marca eran los zapatoss. Hoy el misterio está resuelto. Te muestran un conjunto ideal y te revelan de que diseñador o marca son cada una de las piezas que llevan puestas. Y nada, a copiar el modelito, a aplicarte las cremas que dejan esa piel maravillosa para ver si nos parecemos un poco a nuestra estrella favorita.

Por otro lado, es de agradecer que las diosas que están en el candelero compartan sus secretos, sobre todo cuando los precios de las prendas, accesorios y potingues varios son asequibles.

De todos modos no debemos olvidar lo que decía mi madre: "cuando alguien tiene buen tipo da igual que se vista con un saco de patatas". Y esa falda de trapillo que luce la chica de moda en su blog a nosotras nos queda como a un Cristo dos pistolas. Sin olvidar que los maravillosos zapatos nos pueden destrozar los pies, si es que conseguimos dar un paso con ellos.

También me sorprende -aunque yo también soy un ejemplo de ello en esta bitácora- ese afán de exhibición que tanto propicia la red. Lo que me lleva a la sección de mi admirada Eva Hache en la revista Elle. En ella una lectora le comenta algo así como que no dispone de ropa tan desfasada y estrambótica que acumulan algunas blogueras en sus conjuntos. Estoy totalmente de acuerdo con Isabel Bernardo, de orense. A mi me da la sensación de que cogen lo más extraño que aparece en un baúl de los recuerdos o en un saldo de mercadillo y se lo ponen todo junto para ser más originales. Especialmente me horrorizan las que mezclan estampados que dan dolor de ojos y encima se ponen zapatos con calcetines. Gracias Eva por tu sección. Te alegra el día con esa brisa de sensatez.

Sólo espero que los blogs no nos priven del placer de comentar con las amigas las prendas que has adquirido y escuchar cómo les gusta el vestido que has comprado por cuatro perras.

Por cierto, un consejo para ir de compras en tiempos de crisis: Sal de casa con unos taconazos incómodos. irás divinísima pero no caminarás más de 100 metros y gastarás tan sólo en un café para coger fuerzas y en un taxi para volver a casa. Ahorrarás en la adquisición de prendas que realmente no necesitas y no te caben en el armario, y por lo menos les dará el aire a esos zapatos que te compraste en las rebajas aunque sabías en el fondo de tu alma que no los soportarías. Yo tengo unos cuantos pares de esos. Ya es hora de sacarles de paseo.

 

PERDÓN a los lectores que esperaban que el primer artículo después de tantos meses fuera más profundo. Lo siento. Todo lo que veo a mi alrededor es tan duro que sólo quiero brindarles un rato de sandeces para poder sobrevivir el día a día.