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anamayoral

Gastronomía y recetas

Aceitunas aliñadas

Siempre pensó que aquella receta era de su madre. Sin embargo, su madre tras probarlas un día le dijo que no, que nunca había comido unas aceitunas como aquellas, e incluso le pidió que le anotara los ingredientes del aliño. Por más que rebuscó en su memoria no encontró la fuente de la receta misteriosa, y concluyó que tal vez la había descubierto de una manera fortuita, mezclando ingredientes que todo el mundo tiene en la cocina y que casualmente se encontraban en la proporción adecuada. Dio a probar las aceitunas a sus visitas, sin decir nada, junto con las consabidas patatas fritas de bolsa y las almendras tostadas, y todo el mundo alababa el sabor de las aceitunas y le pedía la receta. Así que decidió escribirla por si alguna vez lse perdía en el fondo de su mente tan misteriosamente como había llegado.

Aceitunas aliñadas:

500 gr de aceitunas negras

2 ajos  y partidos por la mitad sin pelar

1/2 limón y partido en cuatro trozos

1 cuacharadita de tomillo seco

2 hojas de laurel

Una pizca de sal

3 cucharadas de vinagre

Agua

 

Se colocan las aceitunas en un recipiente hermético. Se añaden todos los ingredientes y se cubren con agua. Se pueden comer una semana después de su preparación y aguantan muy bien en el aliño -todos los ingredientes, además de dar sabor son conservantes naturales-. Servir escurridas en un platito o bien añadir a las ensaladas.

 

Pollo a la cocacola

Inauguro esta sección del blog con este comentario a un plato riquísimo. La gastronomía aparece siempre presente en la literatura, por lo que no desentonará para nada en este blog ya variopinto de por sí.

Los viernes Arguiñano suele llevar a su programa a Arzak, que siempre trae alguna "novedad" gastronómica. El otro día la supuesta "novedad" me hizo mucha gracia, pues Arzak mostraba las utilidades de los refrescos de cola, y uno de los platos que nombró fue el pollo a la cola. Y digo que me hizo gracia pues hace años que se puede degustar este plato en "La Cueva", un restaurante de Villadiego (Burgos), que se caracteriza por tener una excelente cocina casera y a buenos precios. La primera vez que me lo ofrecieron me sorprendió y seguí la recomendación pues todo lo que guisan me encanta, y no me defraudó. El pollo estaba estupendo. Tiempo después tuve la oportunidad de ver cómo lo cocinaban, y venía a ser más o menos lo que sugirió Arzak. Al parecer, en "La Cueva" el plato lo importó una cocinera sudamericana que ya no trabajaba allí. Así que la receta ha cruzado el charco y ya no soy capaz de seguirle la pista.

De todos modos, si viajan por Burgos, les recomiendo detenerse en este pueblo, que tiene una bella y curiosa plaza, así como dos iglesias y una ermita muy interesantes. Coman en "La cueva" y se sorprendern con el menú del día: por 9 euros se puede elegir entre, al menos, una decena de primeros, de segundos y postres caseros. A destacar las verduras y el puré de verduras como primeros, y en los segundos resulta difícil elegir: además del pollo a la cocacola -que no siempre tienen-, los escabechados son insuperables, cualquier carne guisada está estupenda, el pollo o el lomo al queso también es exquisito. Los pescados que ofrecen son muy frescos. En cuanto a los postres todos están muy buenos. Las tartas son caseras, a mí me encanta la de naranja, y el arroz con leche es excelente.

También hay posibilidad de comer a la carta, pero con semejante menú no merece la pena. El mismo establecimiento tiene una casa rural preciosa en el pueblo.