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anamayoral

Whitby Abbey

Whitby Abbey

Me quejaba junto a mi compañera de viaje de la falta de una programación exhaustiva. Nosotras nos habíamos molestado en editar un cuadernillo con los horarios, lugares, etc cuando recibimos a nuestros invitados checos -alumnos y profesores-. He de confesar que ni me molesté en buscar en internet los dos únicos lugares desconocidos. Decidí dejarlo todo al azar. Y la decisión fue sabia, puesto que uno de ellos, la abadía de Whitby, es sencillamente impresionante.

Es preciso imaginar que se llega por una carretera secundaria, flanqueada de prados verdes ondulantes, tras cruzar los moors -de los que hablaré otro día- a un bellísimo pueblo de pescadores, Whitbey. Pero apenas se contempla unos segundos, pues la carretera gira y te conduce tras una colina hasta la abadía. Su visión es realmente impresionante. Sobre un inmenso campo verde y, tras ella el mar, apenas se tienen en pie las ruinas de lo que debió ser un poderoso cenobio. Dejaré para el futuro averiguar lo que le ocurrió para acabar siendo un esqueleto de piedra. Espero que no fuera el bombardeo de los alemanes en la segunda guerra mundial. En cualquier caso, como se puede apreciar en la imagen, la belleza del lugar es indiscutible.

Dejando las ruinas y caminando hacia el pueblo nos encontramos con una iglesia. El camino atraviesa un camposanto. En Inglaterra los cementerios son verdaderos jardines. Se encuentran abiertos al público y no resulta extraño ver gente sentada en un banco leyendo el periódico entre las tumbas. Esta iglesia tiene una gran importancia desde el punto de vista literario -algo que desconocía en esos momentos-. La realidad nos golpeó con verdaderos ríos de gente que se dirigía hacia dicha iglesia. Todo sería más o menos normal en un sitio tan bello, lo que no era habitual es que fuesen vestidos de góticos, con trajes de época, a la manera de los vampiros. Aquello nos descolocó y preguntamos a nuestras anfitrionas inglesas. Nos explicaron que en ese lugar se congregaban periódicamente los seguidores de Drácula. Su respuesta nos pareció extrañísima, puesto que ubicábamos a Drácula allá por Rumanía. Vuelta a España, y con la oportuna visita a internet, averigüé que esa iglesia es uno de los escenarios de la novela de Bram Stoker, Drácula. El mismísimo Stoker pasaba allí sus vacaciones.

No me queda más remedio que leer la novela. Una amiga que la ha leído recientemente, al describirle el lugar, recordaba el pasaje de la obra en la que aparecía la iglesia. Así que no veo el momento de tomar un ejemplar y trasladarme de nuevo a Whitby.

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