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El cursillo de Asunción Sasamón (fragmento)

  Asunción Sasamón realiza un trabajo para un curso de escritura creativa a distancia y elige como libro para comentar El diario de Bridget Jones. Estas son algunas de las opiniones del personaje que con sus cartas desquicia a los inocentes destinatarios (publicado en Los versos de Ibn Abdüm y otros relatos, Ana Mayoral 2005. Edición de la autora).

 

2. Resumen del libro

Yo creo que el libro se resume en una frase: "Mujer con baja autoestima". Así, sin más. Bridget sólo piensa en ser atractiva para gustar a los hombres, porque cree que no lo es y decide cambiar a toda costa su imagen y su carácter. Como no lo logra, eso le genera una mayor frustración y se atraca de porquerías y drogas legales para satisfacer su vacío interior. A su vez, el atiborramiento le provoca un malestar aún mayor, por lo que la situación se resume también en una frase: "La pescadilla que se muerde la cola".


3. Contexto socioeconómico y cultural

Bueno, creo que esto lo domino más. He leído muchos libros de autores ingleses actuales. Todos están cortados por el mismo patrón y sus personajes cumplen a rajatabla una serie de insanas costumbres y así les va. Salen a trabajar después de engullir un desayuno atascador de arterias: huevos con bacon ¡fritos con mantequilla! Sólo de pensarlo me dan náuseas. Con lo sanas que son las galletas maría. Y luego, en el almuerzo, un emparedado de huevo. Siempre me he preguntado si tendrá sólo huevo, si estará cocido o frito. (Yo prefiero un pincho de tortilla de "La cueva" los días de mercado. No hay nada igual). Luego, tras el trabajo, vuelven a casa y se sientan en el sillón a leer el periódico antes de la cena y toman un whisky, por lo menos. Esto es lo peor. ¿Cómo te puedes tomar un whisky con el estómago vacío a las cinco de la tarde? Es demencial. Yo no me lo tomo ni a las dos de la mañana en las fiestas de mi pueblo. Es una bebida asquerosa. Lo mejor es un pacharán o un orujito después de la comida. Pero no antes. La cena, otro atentado para el estómago: verduras cocidas y sin aceite ni vinagre, y el rosbif sangrante. Sólo me gustan sus postres, al menos suenan bien: puding de Yorkshire -¿es realmente un postre?-, tarta de frutas, plumcake, etc. Creo que si fuera a Inglaterra me alimentaría a base de postres, debe de ser lo único que merezca la pena.

Siguiendo con el análisis social, además de tener una alimentación que deja mucho que desear, las amistades no se quedan atrás. Los ingleses son terriblemente clasistas, cotillas, afectados e hipócritas -creo que me estoy pasando un pelín-. Tienen que ir a cenas a las que nadie quiere ir y soportar invitaciones a casas de campo. Ello conlleva cambiarse setenta veces de ropa: para desayunar, para pasear, para jugar al cricket, para la comida, para el té, para la cena, para el baile... e implica llevar cientos de maletas y una doncella, si es posible, para preparar el desfile de modelos. Por eso la madre de Bridget le compra una maleta con ruedas. La pobre se debía deslomar con su bolso de viaje verde.

En cuanto a la economía creo que Bridget es una tiraduros. Sólo en bombones, tabaco y whisky debe de gastar medio jornal. Con lo barata que me sale a mí la fuente de los tres chorros. Yo sí sé lo que es ahorrar para comprar libros; le daría unas clases a Bridget en economía doméstica. Sin embargo, envidio su trabajo: lo que daría por trabajar en una editorial, siempre rodeada de libros por todas partes y que me pagaran por leer... He enviado mi curriculum a varias editoriales, pero ni me contestan. Siempre añado la lista de los libros que he leído, para que vean que experiencia no me falta y si echan cuentas, verán que salgo a una medía de cuatro libros por semana. Pero nunca contestan. Es otra de las razones por las que me he decidido a hacer este cursillo, para tener un certificado de algo relacionado con los libros. Creo que me ayudará en mi empeño.


4. Comentario general (dos folios)

Lo único bueno del libro es que acaba bien, sorprendentemente bien. Casi no podía creerlo. Al final, la protagonista encuentra un príncipe azul en el interior de un sapo rico y presuntuoso, y parece ser la medicina para todos sus males. ¡Como si un hombre pudiera cambiar nuestra existencia! Podrá hacerla más agradable y menos solitaria en el mejor de los casos, pero nunca podrá cambiar nuestra forma de ser, y, si una es neurótica, por mucho hombre forrado y macizo que tengamos a nuestro lado, neurótica será. Una vez tuve novio. Aún así, me siguieron saliendo granos, seguía acomplejada por mí 1,55 de estatura y por estar más lisa que la tabla del lavadero. Además seguía leyendo libros sin descanso, y él sencillamente se cansó de compartirme con las letras. Seguí siendo yo misma, con y sin él. Ahí está la clave.

Las historias paralelas que aparecen en el libro también son de traca. Una madre ninfómana, un gigoló estafador, un jefe salido, una medio jefa gruñona y unos amigos con problemas varios, todos igualmente desequilibrados. Personalmente, prefiero las novelas inglesas campestres. La señora que, a pesar de tener jardinero, doncella y cocinera, corta personal y plácidamente las rosas de su jardín. Adoro las descripciones de los jardines y huertos, de flores desconocidas y aromas maravillosos, las piernas de cordero al horno y la tarta de moras. Yo también tengo un pequeño jardín y siempre saco algo de tiempo para tenerlo bonito y colorido. Es la envidia de mis vecinas. Encargo las semillas, bulbos y plantas de temporada por catálogo. El clima no acompaña mucho, pero se hace lo que se puede. Voy a construirme un invernadero para las flores. Se lo dije al Tomás, que entiende de esas cosas, pero pretendía ponerme un túnel de plástico y llenármelo de pimientos. Dice que hacer un invernadero para cuatro tiestos es tirar el dinero. No entiende que puede ser un sitio maravilloso para tener un sillón de mimbre y leer, rodeada del perfume de las flores.

Una de las cosas que me sorprendió del libro fue el cambio de trabajo de Bridget. No creí que se atreviera a hacerlo, y menos aún que al final le fuera bien. Su nuevo jefe parecía un tarado. Espero que tenga éxito con sus extrañas entrevistas. Es curioso, hablo de ella como si estuviera viva: al final me encariñé con sus neuras, sus amigos y su disparatada familia. Espero que la autora publique una segunda parte para conocer sus andanzas -sigo pensando que es una novela autobiográfica-.

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